Una nueva era para el Viera y Clavijo

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife inició, el 15 de enero de 2024, una serie de reuniones con las principales instituciones culturales de arte contemporáneo de esta capital con el fin de lograr que el Parque Cultural Viera y Clavijo fuese un Centro Cívico y Social para el disfrute de la ciudadanía, tanto en su interior como en su exterior, programación de exposiciones temporales, que es necesario contar con patrocinadores que permitan entrar en los circuitos nacionales e internacionales.

Las entidades interesadas tuvieron dos meses para participar en este proceso y, el 7 de mayo de 2025, el Alcalde José Manuel Bermúdez Esparza dió a conocer el resultado de la convocatoria celebrada sobre los usos del Parque Cultural Viera y Clavijo, desvelando que, de todas las propuestas presentadas, el proyecto que más se ajustaba a los objetivos y requisitos establecidos era el presentado por la Fundación la Caixa. De esta manera, el proyecto CaixaForum Tenerife lo dotará de contenidos y estructuras de funcionamiento y formará parte de la red de centros de divulgación cultural y científica que poseen en el resto de España.

Del Colegio de La Asunción al Parque Viera y Clavijo

El Colegio de La Asunción, instituido por una comunidad de religiosas Agustinas traídas de Bélgica por el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, Juan Martí Dehesa, inaugurado en 1905, con el fin de que impartieran enseñanza a las niñas y jóvenes tinerfeñas, fue levantado en terrenos cedidos por la familia Beautell en el camino de la Costa, llamado Rambla de la Asunción a partir de 1924, según el proyecto de los arquitectos Mariano Estanga y Antonio Pintor.

De estilo gótico, con gran amplitud de fachada y poca altura, tiene cuatro cuerpos organizados a partir de un eje central, donde la capilla es el centro del conjunto. En el año 1926 ganaría mayor altura, al añadirle el ático y un inmenso gablete en el frontal de la capilla como remate ornamental.

La fachada, precedida de un amplio espacio ajardinado, presenta una ojiva en la puerta enmarcada por un alfiz y un cuerpo alto compuesto por dos arquerías cuádruples que delimitaban una bífora. El resto de la edificación posee fachadas más sencillas, con remate de cornisa, parapeto bajo y vano de distinta tipología alineado sobre ejes verticales.

La capilla neogótica, situada entre dos cuerpos laterales que delimitan un patio central -patio de los cipreses- tiene cada ala lateral flanqueada por sendos torreones que se alinean con el ábside. El espacio bajo se cubre con bóveda de crucería nervada, comunicada con la nave a través de un arco carpanel. Para el cerramiento de la tribuna superior se efectúa un cancel de tracería gótica. La techumbre general es de crucería nervada con lunetos. Los pares de nervios desembocan en haces de columnas adosadas al paramento, teniendo como base una cornisa apeada en canes, ya que el tramo inferior es liso. El ábside se ve abierto por ventanales góticos, con vidrieras traídas de Francia.

En 1978, cuando el Colegio de la Asunción cerró sus puertas, el Ayuntamiento le compró a las monjas el edificio y los 30.000 metros cuadrados de terreno, pagando por ello la décima parte del valor de su tasación oficial, recuperando de esta manera la deuda del Impuesto de Bienes Inmuebles que las religiosas habían contraído durante los años que lo utilizaron.

El edificio pasaría a ser un Centro Cultural, instalándose en él la Gerencia de Cultura del Ayuntamiento, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la Escuela Municipal de Música, Aulas para la Tercera Edad, Asociaciones de Vecinos, etc.

El parque, que lleva el nombre de Viera y Clavijo, se abriría a la ciudadanía para que disfrutara de los extensos y frondosos jardines que conforman su entorno urbano, en el que destacan un árbol de origen caribeño, denominado Ceiba, que mide 16 metros de altura y tiene una copa de más de 20 metros; una escultura de Manuel Drago, de 4,20 m de alto, cubierta de planchas de acero inoxidable a modo de escamas que juegan con el espacio creando efectos luminosos que alteran su aspecto; y un mástil, denominado Esperando a Óscar, del artista José Abad, perteneciente al conjunto de esculturas realizadas en 2007 dentro del proyecto de recuperación del viario del Barranco de Santos

El salón de actos, que las Monjas habían levantado en la trasera del edificio en 1950, sería transformado en el Teatro Pérez Minik, con aforo para 503 personas, llevándose a cabo representaciones teatrales, conciertos musicales y conferencias.
En 1998, en 3.500 metros cuadrados de terreno de la zona baja del Parque Viera y Clavijo se inauguraría el Hotel Escuela, con entrada por la Avenida San Sebastián.

Declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento por Decreto del 14 de marzo de 1986