Coincidiendo con su 30 aniversario en España, Lidl refuerza su posición como tercer operador de la distribución alimentaria en el país. La cadena de supermercados cerró su último ejercicio con unas ventas netas de 6.952 millones de euros, un 5,7% más que el año anterior, y con una inversión de más de 330 millones que le ha permitido abrir 30 nuevos establecimientos y superar la barrera de las 700 tiendas, además de estrenar una plataforma logística en Constantí (Tarragona).
La compañía también incrementó sus compras a proveedores nacionales hasta los 7.900 millones de euros, de los que 3.300 millones correspondieron a frutas y hortalizas, consolidando a Lidl como el primer cliente de la huerta española. Más de la mitad de estas adquisiciones —valoradas en más de 4.000 millones— se exportaron a una treintena de países.
En materia laboral, la cadena creó 1.200 empleos estables durante 2024, alcanzando una plantilla de 19.700 personas, con un 93% de contratos indefinidos y una subida salarial del 3,5%. Estos avances le han valido a Lidl el sello Top Employer por octavo año consecutivo, siendo la única empresa del sector de la distribución alimentaria en obtenerlo.
De cara a 2025, Lidl prevé abrir unas 50 tiendas, modernizar parte de su red actual, crear 1.000 nuevos puestos de trabajo y superar los 20.000 empleados en España. Además, planea elevar sus compras a proveedores nacionales por encima de los 8.000 millones de euros, manteniendo como eje su propuesta de calidad y precio ajustado para las familias.
“En 1994 echamos raíces firmes en España, y hoy reforzamos esa apuesta generando empleo estable, impulsando el producto nacional y creciendo de forma sostenible, con el objetivo de seguir siendo el supermercado de referencia para cada vez más hogares”, destacó Claus Grande, director general de Lidl España.
