La presidenta del Parlamento de Canarias, Astrid Pérez asistió en Azores a la Conferencia “Los desafíos de la Unión Europea y el marco financiero plurianual 2028-2034” fue su primer acto como presidenta de la Calre, que agrupa a 69 parlamentos de 7 estados miembros. Durante su discurso, la presidenta alentó al trabajo común de las RUP “ante políticas económicas que tengan en cuenta a las regiones”, aseguró.
El objetivo de Astrid Pérez, es convertir a la Calre en una plataforma importante para canalizar las aspiraciones de las regiones hacia una Europa más cohesionada, libre, democrática y competitiva.
En la actualidad se está negociando el próximo Marco Financiero Plurianual 2027-2034. La Comisión Europea tiene la intención de presentar el próximo marco financiero en julio de 2025. Esto obliga a la UE a iniciar un diálogo global no solo con los Estados miembros sino también con las regiones europeas, y en especial con las Regiones Ultraperiféricas, debido a su régimen jurídico especial.
Canarias se encuentra alejada de la Europa continental, y con una economía frágil, basada fundamentalmente en el turismo y el sector primario, esto “nos hace vulnerables como pudimos experimentar cuando la crisis del COVID, pero también compartimos retos relacionados con el desempleo”, apuntó Pérez, que insistió en que la lejanía limita el acceso a mercados y recursos y que es necesario diversificar las economías para fomentar un crecimiento más sólido.

Las Regiones Ultraperiféricas han sido históricamente un desafío para la política de cohesión de la UE debido a sus especificidades: insularidad, lejanía, fragmentación geográfica y dependencia de sectores económicos vulnerables. Europa ha reconocido estas particularidades, por lo que las RUP disfrutan de un reconocimiento jurídico especial no sólo en los tratados fundacionales sino también en los sucesivos marcos financieros, con medidas específicas que buscan mitigar los efectos de su lejanía y fomentar su desarrollo. Ahora las RUP deben trabajar en la consolidación e impulso del marco financiero que ahora se tramita.
La presidenta de la Calre, en su intervención en Azores, insistió en que la Unión Europea está atravesando una época crítica. Citó la globalización, la emergencia climática, las tensiones geopolíticas, las crisis migratorias, la reindustrializacion y la consolidación de una economía digital como retos a enfrentar en los próximos años. A esto se suman las consecuencias de la pandemia y las dificultades económicas derivadas de los conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania o las políticas en seguridad y defensa.
Para los representantes de las RUP, es necesario garantizar un presupuesto que refleje un compromiso real con los valores de solidaridad, y equidad territorial. El Marco Financiero Plurianual 2027-2034, “debe ser una herramienta que sirva para financiar nuestras políticas de cohesión, pero también para transformar nuestra realidad”, apunto Astrid Pérez. En la Conferencia, celebrada en Azores, se lanzó un mensaje de unión entre las regiones ultraperiféricas ante la simplificación que se pretende implantar en el futuro Marco Financiero Plurianual, todos manifestaron su preocupación por la tendencia actual a la centralización de políticas y procedimientos que aseguran, pondría en riesgo el mantenimiento de los fondos que compensan la condición ultraperiférica en políticas como la cohesión, la agricultura, la pesca y la cooperación territorial.
Los fondos europeos han demostrado ser esenciales para poder recuperar la cohesión económica y social en estas regiones, y revertir la tendencia de estancamiento de sus economías en las últimas décadas. Las disparidades regionales y territoriales se han reducido sustancialmente mediante las políticas de cohesión de la UE, pero todavía el 29 % de los ciudadanos de la UE sigue viviendo en regiones con un PIB per cápita inferior al 75 % de la media de la UE.

Europa siempre ha reconocido el deber de apoyar a las regiones ultraperiféricas, por eso ahora las RUP, bajo el mandato de Astrid Pérez, se insiste con más fuerza, en que la riqueza de la UE reside en su diversidad. Cada territorio goza de una idiosincrasia propia, con carencias que suplir y con algo distinto que aportar, en beneficio del conjunto, “las regiones deben poder continuar siendo actores y no meros ejecutores de las políticas que se nos aplican, desde su diseño hasta su implementación” indicó Pérez.
En este sentido, no debemos compartir una visión centralista de la UE y que exista un plan único por Estado miembro, muy especialmente en lo que se refiere a las políticas de cohesión y agricultura, que resultan fundamental para el desarrollo de las regiones y más si cabe, para unas regiones tan singulares como las RUP.
El Marco Financiero Plurianual 2027-2034, es la tabla de salvación para las regiones ultraperiféricas que piden ser actores clave en la estrategia europea para la cohesión territorial y la competitividad global, pero para ello, es esencial que la Unión Europea refuerce su compromiso con estas regiones, promoviendo una integración más justa y aprovechando todo su potencial.