«Creo en la Belleza de lo auténtico»
Redacción: María Domenech Fotografía: Alfonso Bravo
Alfonso Bravo es, sin duda, uno de los grandes referentes de la fotografía en Canarias. Desde que puso el foco en la moda ha logrado que posen ante su cámara los principales modelos e iconos de la moda nacional e internacional. La autenticidad de sus imágenes radica en el uso de la luz y su pasión por el arte y la cultura. Tras su carácter introvertido se esconde un hombre soñador de mente inquieta, un niño prodigio de la fotografía de formación autodidacta que huye de lo común para darle valor a lo auténtico. Este año 2025 es un redondo en su vida, se cumplen 30 años de una trayectoria construida a base de carretes, cámaras e imágenes sustentadas por el trípode de uno de los fotógrafos más brillantes de nuestras islas. Ha colaborado con revistas nacionales e internacionales de la talla de L´Officiel, Vogue Corea, Vogue España, Vogue SposaBella, Vanity Fair, 25 Ans Japan, Elle Mariage, Elle España, Elle Japan, White Magazine, Schon!, Tribu-te UK, Cretive Head Magazine, Hairdressers Journal UK, XLSemanal, MujerHoy, Yo Dona, Grazia España, Estética Magazine, Rob Repport, Xion, Stealer y AD, y realizado campañas para varios clientes nacionales e internacionales; y expuesto en la Freedom Tower Miami la obra Margaritas, en Miami Art Basel con la obra Aire Negro, en Nueva York y en el consulado de Méjico en Miami junto a Foundation for Contemporary Art y Bakhouse Art Complex, expone Les Feuilles Mortes en Atrium Art Gallery. En el año 2012 recibe el Premio Nacional de Fotografía en la categoría de Moda y Belleza LUX de PLATA organizado por AFP (La Asociación de fotógrafos Profesionales de España). Un profesional versátil y con grandes inquietudes, que en su doble faceta como fotógrafo y director creativo, ha puesto el nombre de Canarias en la cima del talento.
– El año 2025 es un año redondo para tu carrera, cumples 30 años como fotógrafo, ¿qué ves a través de tú objetivo cuando echas la vista atrás?
Veo mucho esfuerzo y valentía por mi parte, antes ser fotógrafo era un trabajo minoritario, cuando yo empecé ser artista no tenía la proyección que tiene en la actualidad. Por eso destaco en estos 30 años mucho esfuerzo, sacrificio y recompensa a mi trabajo.
– ¿Cómo llegó la fotografía a tú vida? ¿Recuerdas qué fue lo que despertó tú vocación?
Llegó de forma casual, mi padre se compró una cámara de vídeo y me llamó mucho la atención la sensación que me producía observar a través del visor. Y el impulso definitivo lo tuve cuando mi tío, que tenía una cámara Canon AE-1 colgando de un perchero, me dio la posibilidad de coger la cámara y experimentar con ella. Desde ese momento descubrí el placer de ver y de escribir, porque a mí me gustaba mucho escribir, y esa cámara me descubrió la posibilidad de interpretar a través de imágenes lo que leía. Sin duda, ese acontecimiento fue el que despertó mi vocación.






– ¿Qué caracteriza la fotografía de Alfonso Bravo?
Yo soy un obsesionado de la luz y como decían los griegos, foto es luz y grafía es escribir, por lo que la fotografía me da la opción de escribir con la luz. Para mí es fundamental tener una buena luz, no me gusta retocar, vengo de la película y en la película había que clavar la imagen, de hecho, sigo al margen de los cánones digitales. En mis sesiones no disparo una gran cantidad de imágenes, me gusta ir al grano porque con un buen control de lo que estás haciendo, puedes obtener grandes resultados. Como fotógrafo me gusta establecer diálogos con la luz, la luz no espera, es caprichosa y hay que saber perseguirla.
– ¿Eres autodidacta o recibiste formación?
– Soy totalmente autodidacta.
– ¿Crees en las tendencias fotográficas, en buscar luces distintas u otro tipo de encuadres, o eres fiel a tus principios?
Cuando trabajas en publicidad y moda sí que tienes que estar al día de las tendencias, pero eso no impide ser fiel a tu estilo y tu sello. Yo me inclino por la fotografía clásica donde la luz natural es lo predominante. También es que mi formación fue con fotógrafos clásicos, piensa que cuando yo empecé no existía internet, recuerdo que me iba a la biblioteca de La Orotava y pedía libros de pintores, los pocos libros de fotógrafos que tenían me los sabía de memoria, por eso pedía libros de pintores por su forma magistral de entender la luz.
– Imagino que en tu juventud fuiste un chico con una sensibilidad especial, de los que no abundaban.
Puede que sí, recuerdo que me encantaba escuchar Jazz y que mi madre me decía que “le volvía loca con tanta trompeta” (risas). Era un chico reservado, me gustaba buscar cosas diferentes y me encontraba a gusto indagando en el trabajo de los artistas. Fui un joven muy soñador.
– ¿Vivir en Canarias limita tú profesión? ¿Cómo crees que hubiera sido tú carrera si hubieras nacido en Madrid?
Hubiera sido diferente pero no por ello mejor, quizás con otro tipo de oportunidades. Sinceramente pienso que vivir en Canarias, hace que el ojo de un fotógrafo/a sea más feliz. De hecho, vivir aquí no ha limitado mis oportunidades de trabajar en lugares como Nueva York, Miami, Londres, París, Milán, Barcelona, Madrid, Estambul, La Habana, etc.
– ¿En qué momento la imagen y la moda se dieron la mano en tú carrera profesional?
Pues la culpa de todo esto la tienen cuatro amigos y amigas ´guapetes´ que tuve en la juventud. Recuerdo que compramos un carrete entre todos y nos fuimos a sacar fotos. Además, aparte de la luz siempre me ha gustado la anatomía humana, saber colocar el cuerpo, saber posar, es algo que me obsesiona y que mis amigos supieron gestionar con mucha paciencia. Y de forma profesional, la oportunidad llegó cuando fotografié a un Míster Mundo e hice un viaje con mis amigos a Londres, recuerdo que me convencieron para ir a la Vogue House y dejar allí mi portfolio. A las pocas horas de entregarlo, me llamó la editora de la revista Vogue, que era una eminencia en la moda, y me dijo algo que supuso un despertar en mi carrera, comentó que “quería verme porque le llamaba la atención como un chico tan joven fotografiaba igual que los fotógrafos de anteriores generaciones que ya habían fallecido”. No le cuadraba mi edad con mi trabajo. Sus palabras fueron muy acertadas, me animó a trabajar sin prisas y aprovechar las oportunidades. Y lo cierto es que mi profesión me ha brindado grandes oportunidades ya que he podido trabajar con modelos muy famosos como Blanca Padilla, Kiko Henriques, Juan Betancourt, Steve Milatos, Edward Wilding, Daiane Sodre, Alba Galocha, Marc Luloh, Joana Sanz, Carmen Garitano, Iveta Sivakova, Christian Santamaría, Sergio Carvajal, etc. Asimismo, cuando me preguntan sobre mi trayectoria yo siempre digo que es importante tener siempre un portfolio a mano, de hecho, conservo el mío en papel porque lo considero más artístico; no se trata de un portfolio con muchas imágenes, soy de los que pienso que “menos es más”, al igual que con la luz.
– ¿Qué es para ti la belleza? ¿Descubres belleza allí donde otras personas no son capaces de verla?
La belleza para mí la forma la luz, no soy de los que asocia belleza con perfección, para mí la belleza son formas, es subjetiva y cada uno la interpreta a su manera.
– ¿Qué se requiere para realizar un shooting o un trabajo publicitario?
Se suelen hacer reuniones previas, pero no siempre. A veces los trabajos previos no condicionan la calidad del trabajo, pueden surgir grandes reportajes de forma espontánea. Pero cada vez es más frecuente la planificación previa, especialmente cuando son grandes campañas o grandes marcas, por la cantidad de dinero que se invierte y el poco margen de riesgo al que se exponen.
– ¿Qué opinas del papel que juegan las redes sociales para la proyección de tu trabajo?
Las redes sociales son muy efímeras, queremos ver mucho en poco tiempo y yo pienso que el arte hay que contemplarlo, requiere dedicación. Me siento en la necesidad de hacer las cosas palpables, de poder tocarlas, verlas y que no todo sea a través de una pantalla.
– ¿A qué otros fotógrafos admiras?
Admiro a muchísimos fotógrafos, sobre todo aquellos que marcaron mi juventud como Herb Ritts, Peter Lindbergh, Robert Mapplethorpe, Jean Loup Sieff, Stephen Sore, Bill Brandt, Txema Yeste, Solve Sundsbo, Richard Avedon, Guy Bourdin… Eran referentes obligatorios. Antiguamente valorábamos más lo que teníamos porque quizás no podíamos disfrutarlo de forma reiterada, una película, una música, a lo mejor podías verla una o dos veces, pero no a la carta. El hecho de que todo fuera tan efímero y fugaz también lo revestía de un especial atractivo. Siento que con las redes sociales no reparamos tanto en los detalles, antes sí.
– ¿Te hubiera gustado fotografiar a alguien en especial?
Pues sí, me hubiera gustado fotografiar a Clint Eastwood, Caetano Veloso o Ryūichi Sakamoto, entre otros, porque son personas a las que admiré desde niño y se convirtieron en inspiración. Imagino una lente concreta, una imagen concreta, una luz, e incluso una música para cada sesión. Son personas que escriben la banda sonora de mi vida y han marcado mi carrera.
– Me consta que te gusta viajar. ¿De qué manera nutre a un fotógrafo conocer otras culturas? ¿Has viajado recientemente?
Yo siempre viajo con cámara porque si no lo hago me siento como vacío. Disfruto más el viaje viendo a través de la lente, puede parecer contradictorio porque al final es como trabajar, pero ese trabajo no me impide disfrutar. La cultura, las luces de un paisaje, de una ciudad, yo llego a estudiar las ciudades y hago días de reconocimiento previo. Probablemente tenga que ver también el uso de la película que te obligaba a hacer reconocimientos previos para seleccionar los lugares y películas a elegir. Hay determinadas películas que te exigían un uso muy especial de la luz y eso requería de un estudio minucioso. Todos estos factores a mí me han enseñado a estudiar la luz, de hecho, me obligué en mis comienzos a trabajar sin fotómetro (medidor de luz) para aprender a calcular a ojo. Además, nunca he disparado en automático, siempre lo hago en manual.
– ¿Hay rostros, rasgos característicos de otros lugares del mundo que te hayan impactado especialmente?
Sí, generalmente las personas con pocos recursos, con vidas complejas que te tropiezas en la calle, tienen miradas muy especiales. Asimismo, pienso que la tez negra es preciosa para fotografiar. En general, soy de los que pienso que no existe la fotogenia porque todos tenemos algo que nos hace únicos. A veces aquello que no nos gusta de nosotros mismos, es lo que nos otorga gran parte de nuestra personalidad, una nariz pronunciada, por ejemplo. Fíjate en el espectro Almódovar con mujeres como Rosi de Palma, cuya belleza se salía de los cánones habituales y todos querían fotografiarla, trabajar con ella. Su belleza radica en su autenticidad.
– ¿Algún paisaje más allá de la belleza de nuestras islas que te haya fascinado?
Islandia es fantástica, Sudamérica tiene paisajes maravillosos, también Nueva Zelanda…Pero es que aquí en Canarias tenemos paisajes alucinantes, sin ir más lejos, Las Cañadas del Teide en Tenerife o el Parque Nacional de Timanfaya en Lanzarote. Es cierto que estamos acostumbrados a verlos, pero la costumbre no puede borrar la espectacularidad de estos lugares porque son verdaderamente alucinantes. Personalmente, visitar Las Cañadas a primera hora de la mañana, me parece una experiencia mágica.
– ¿Qué tiene el Puerto de la Cruz que es cuna de grandes creadores?
Pues sinceramente creo que el Puerto de la Cruz tiene una cosa súper curiosa y es que te crea la necesidad de salir, y no me refiero a la necesidad de salir para huir, sino de salir para demostrar. Hay grandes artistas, DJ´s, fotógrafos como Francis, aunque yo lo conozco como ´Frasco´, con múltiples premios en submarinismo y que ha sido capaz de saber transmitir a través de la fotografía lo que ve bajo el mar y hacerlo de forma magistral.
– Tenemos el Carnaval a la vuelta de la esquina, ¿qué supuso para ti ser autor del cartel anunciador del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife 2012?
Me pareció muy interesante, no sé si fui el primer o segundo fotógrafo que incorporó fotografía en el cartel del Carnaval. También es cierto que el cartel genera siempre mucha polémica y te tropiezas con situaciones curiosas, por no decir hostiles, quizás menos agradables, pero como experiencia creadora si me gustó formar parte de la fiesta a través de mi cartel.
– Estrenamos 2025, ¿en qué andas inmerso para este nuevo año?
En muchísimas cosas, ya sabes que mi cabeza no para. Acabo de terminar un proyecto junto con Pedro Smolé que se llama ´Almas de Sal ´, es un relato sobre el drama de la inmigración irregular a través de los menores que llegan hasta nuestras costas. No lo hemos querido hacer de forma fotoperiodística sino ofreciendo otra visión de esta realidad. Nuestro objetivo es que la población tenga más información sobre este fenómeno para poder opinar con una mayor objetividad. Nos hemos desplazado a islas como El Hierro, Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife para conocer en primera persona sus testimonios. También tengo casi terminado otro proyecto vinculado a Santa Cruz de Tenerife y que nos ofrece otra visión de la ciudad. Y otro trabajo con el que estoy volcado tiene que ver con los trastornos mentales y la naturaleza y lo he llamado ´Exuvia.´ Tengo muchas ganas de mostrarlo porque mi finalidad ha sido buscar paralelismos entre los pensamientos y sentimientos humanos y la belleza de lo imperfecto dentro de la naturaleza. En definitiva, espero dar mucho de mí en este 2025, un año redondo que representa mis 30 años de carrera.