Mauricio Romero es uno de los pocos arpilleristas que quedan en Canarias. Es a través de las telas y diversos materiales como este artista ha encontrado en las arpilleras una de sus principales formas de expresión artística, de su vida, de sus vivencias y con un maestro como referente, Manolo Millares. Nacido en Vegueta, Romero se curtió en el barrio en el que vivió su niñez, primero dentro de casa, condicionado por un problema de salud pulmonar (asma) y más tarde, en la Escuela Luján Pérez, de la que pasó a formar parte siendo el alumno más pequeño de la misma con tan solo ocho años.
La amistad de su padre con Felo Monzón y Santiago Santana fue clave en su formación artística, también la presencia de artistas en el seno familiar. Gran parte de su trayectoria profesional la desarrolló durante décadas fuera de Canarias, principalmente en Málaga, y, una parte sustancial de esa carrera, se perdió en las cajas de la mudanza que le trajo de nuevo a su casa y con ellas, muchos recuerdos. Ha viajado y conocido a muchos artistas, también ha trabajado con muchos de ellos y se ha forjado en diferentes modalidades artísticas como la pintura, la escultura y, por
supuesto, la arpillería. Hoy, desde el grancanario municipio de Guía, mantiene vivo su importantísimo legado artístico moldeado entre los principales referentes del arte en Canarias.

- Es uno de los pocos arpilleristas que existen en Canarias, me atrevería a decir que en el mundo, y tuvo como maestro a Manolo Millares. Gran parte de su obra la componen arpilleras aunque reconoce que son muy laboriosas. ¿En qué consisten y por qué hay tan pocos artistas dedicados a su elaboración?
Hablar de Manolo Millares implica hablar largo y tendido, Millares primero era acuarelista, como arpillero empezó con 17 años aproximadamente y fue mi referente, mi buque insignia, yo me fijaba en su trabajo y trataba de plasmarlo igual. Creo que soy el único arpillerista después de Manolo Millares, mi obra comienza con dibujo, acuarela, etc. Como arpillerista comencé con 14 y 15 años, la arpillera requiere un trabajo muy minucioso, hay que trabajarla, cortarla, coserla, darle textura, pensando siempre en lo que se va a hacer. Hay muy pocos artistas, arpilleristas que yo sepa, por las dificultades de su elaboración, que no es nada fácil. Yo he trabajado tradicionalmente con el alquitrán, también Manolo Millares, luego han salido otros materiales parecidos por su toxicidad.
“A los ocho años ya estaba desarrollando mi actividad artística, de pequeño fui asmático y gran parte de mis creaciones las realizaba dentro de casa, fue ahí cuando comencé a pintar, a dibujar y a mostrar mis habilidades”.
2. Nacido en el simbólico barrio de Vegueta, ¿de qué forma ha influido Vegueta en su arte?
Yo creo que muchísimo, podemos decir que Vegeta es la cuna de los artistas, de hecho, es llamativa la presencia de museos en este barrio emblemático de Las Palmas de Gran Canaria como el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), el Museo Colón, el Gabinete Literario, las academias principales y la Escuela Luján Pérez, entre otros.
3. Desde muy joven se inclinó por las Bellas Artes, ¿tuvo algo que ver el entorno familiar?
A los ocho años ya estaba desarrollando mi actividad artística, de pequeño fui asmático y gran parte de mis creaciones las realizaba dentro de casa, fue ahí cuando comencé a pintar, a dibujar y a mostrar mis habilidades. Mi entorno, probablemente, tuvo mucho que ver porque en casa vivía con nosotros un tío que pintaba, dibujaba, hacía figuras de madera y me enseñaba; por otro lado, también estaba mi padre y una prima que era pintora y escultora y estuvo en las academias municipales con Abraham Cárdenes y con Cirilo Moreno.
“Hablar de Manolo Millares implica hablar largo y tendido, Millares primero era acuarelista, como arpillero empezó con 17 años aproximadamente y fue mi referente, mi buque insignia, yo me fijaba en su trabajo y trataba de plasmarlo igual”.
4. En su faceta artística se ha decantado por la escultura, la pintura y en la poesía, ¿quiénes han sido sus referentes, sus maestros?
Te puedo decir que en escultura mis maestros o referentes siempre fueron Abraham Cárdenes y Santiago Vargas, encargado de sustituir a Cárdenes cuando enfermó; en pintura, mis principales referentes fueron Santiago Santana, Felo Monzón y Cirilo Moreno, entre otros muchos.
5. ¿De qué forma ha influido la Escuela Luján Pérez en su obra?
La Escuela Luján Pérez fue el comienzo de mi aprendizaje como academia, recuerdo ir con un lápiz, un hilo y una goma. Probablemente, la amistad que mi padre forjó con Santiago Santana y Felo Monzón por cuestiones políticas, también tuvo mucho que ver para convertirme en alumno de esta escuela. Recuerdo que mi padre siempre pasaba por delante porque trabajaba en Triana, fue entonces cuando les comentó mis problemas de salud con el asma y les hizo partícipes de mis dotes artísticas. Ellos le propusieron que me llevara su Escuela y ese fue mi comienzo. Primero empecé en la Escuela Luján Pérez, subía al segundo piso con Santiago Santana y Feloz Monzón, el piso de abajo estaba dedicado a la escultura con Abraham Cárdenes. Mi inquietud por ambas vertientes me llevaba a estar siempre de arriba a abajo. De hecho, a mi todos me conocían como “el niño”, y yo fragüé mi vida y arranqué mi formación con todos con ellos.
“Como arpillerista comencé con 14 y 15 años, la arpillera requiere un trabajo muy minucioso, hay que trabajarla, cortarla, coserla, darle textura, pensando siempre en lo que se va a hacer”.



6. Viajar también ha sido clave para curtirse como artista. ¿Qué lugar del mundo es el que más le ha inspirado o impactado artísticamente?
Te puedo hablar de Francia, Italia, Suiza, Estados Unidos, también he estado en países de Latinoamérica como Colombia y Venezuela. Cada lugar que visitas es una experiencia nueva de la que te nutres e impregnas.
7. Su trabajo ha trascendido nuestras fronteras. ¿En qué lugares del mundo podemos ver su obra?
Te puedo decir que mi currículum es amplio, tanto dentro como fuera de España. Aquí hice muchas exposiciones y fuera también. Cuento con obras en lugares como Francia, Alemania, Argentina, Suiza, Bélgica o Gran Bretaña.
“Probablemente, la amistad que mi padre forjó con Santiago Santana y Felo Monzón por cuestiones políticas, también tuvo mucho que ver para convertirme en alumno de esta escuela Luján Pérez”.
8. En su trabajo escultórico y pictórico, ¿por qué tipo de materiales y temáticas se decanta?
En mis esculturas trabajo la piedra, el hierro, el bronce, todos los materiales y cosas que yo hacía particularmente. También trabajo con cerámica y tallas de madera. En el apartado pictórico, me inclino por el dibujo tanto en lienzo, tablas, e incluso con ropa que yo cogía como los sacos de azúcar para pintarlos. Después están los grabados y, por supuesto, las arpilleras, mi buque insignia, con con las que siempre he trabajado y más me identifican.
9. Sus obras lucen en lugares como Valsequillo, dos murales en Las Palmas de Gran Canaria, el Ayuntamiento de Telde, Casa de Colón, o en San Antonio de Texas de Estados Unidos. ¿Qué siente el artista cuando las ve y cuando las observa con la perspectiva del tiempo?
Cuando veo mis obras expuestas en los parques me recreo muchísimo porque es el legado que he dejado para el futuro. Siempre lo he hecho con el pensamiento de dejar el testigo a las nuevas generaciones, para que me pregunten, aprendan y compartan sus impresiones.
“Cuando veo mis obras expuestas en los parques me recreo muchísimo porque es el legado que he dejado para el futuro”.
“La realidad es que como artista soy más conocido fuera que dentro de Canarias, de hecho, mi última exposición aquí fue en el año 1979”.
10. Es un artista muy conocido y reconocido en los circuitos artísticos nacionales y extranjeros, ¿ha costado hacerse un hueco en su tierra?
La realidad es que como artista soy más conocido fuera que dentro de Canarias, de hecho, mi última exposición aquí fue en el año 1979. Con el paso del tiempo he aportado alguna escultura a parques y murales de Gran Canaria, pero he pasado muchos años fuera de Canarias, probablemente después de comprobar las envidias y las críticas de arte, ese fue el acicate para decidirme a desarrollar mi carrera como artista fuera de Canarias.