INVESTIGACIÓN EN MAYÚSCULAS

65 nuevos doctores y doctoras se invisten en la ULPGC

La ULPGC celebró el Acto Solemne de Investidura de Nuevos Doctores y Doctoras correspondiente al curso 2023/2024, en el transcurso del cual se impuso el tradicional birrete al alumnado que, habiendo defendido y aprobado ya su tesis doctoral, pasa a incorporarse al cuerpo de Doctores de la Universidad. En ese periodo, un total de 65 alumnos y alumnas han alcanzado el grado de Doctor, 36 mujeres y 29 hombres, en las diferentes ramas del conocimiento que alberga la Universidad, destacando la rama de Ciencias de la Salud, en la que se presentaron 27 tesis, seguida por Artes y Humanidades, con 13, Ciencias e Ingenierías y Arquitectura, con 10 cada una de las ramas, y Ciencias Sociales y Jurídicas, con 5 tesis defendidas.

La Investidura de Nuevos Doctores es tradicionalmente un acto de celebración de la Ciencia y la Investigación como pilares y razón de ser de la Academia. En palabras de Sebastián López, Vicerrector de Investigación, Transferencia y Emprendimiento, “hoy celebramos que el talento, el que atesoran tanto los nuevos doctores y doctoras como sus directores y directoras de tesis, ha generado, con éxito, nuevos conocimientos a través de la investigación. Gracias a su trabajo y al del resto del personal docente, investigador, técnico y de gestión de esta universidad, podemos afirmar que la investigación y la transferencia de conocimiento atraviesan hoy uno de sus mejores momentos en nuestra universidad”.

La directora de la Escuela de Doctorado, May Gómez, por su parte, ensalzó el hecho de que 15 de las 65 tesis fueron realizadas por investigadores e investigadoras extranjeros, “lo que nos recuerda la vocación internacional y el impacto global de nuestra universidad. Nos enorgullece enormemente la diversidad y el talento que han pasado por nuestras aulas y laboratorios”.

Como es habitual, en este evento se entregaron los Premios Extraordinarios de Doctorado, que se otorgan a las mejores Tesis Doctorales (uno por cada diez tesis cum laude de cada rama de conocimiento) leídas en los tres últimos cursos académicos, así como los Premios Atracción del Talento y Retención del Talento que el Banco Santander concede a estudiantes de Máster de otras Universidades con el mejor expediente de acceso a Doctorado en la ULPGC, y a estudiantes de nuevo ingreso en estos estudios con el mejor expediente de máster cursado en esta Universidad, respectivamente.

La conferencia estuvo a cargo en esta ocasión de la Catedrática de Prehistoria de la ULPGC Amelia Rodríguez; “Haciendo Arqueología de Canarias desde la ULPGC” fue un repaso a los proyectos de investigación más destacados que se han realizado y que están en marcha en la Universidad para conocer mejor el pasado de las Islas, dando respuesta a preguntas como “cuándo y quiénes colonizaron el Archipiélago por primera vez”. Rodríguez hizo referencia a proyectos centrados en analizar los procesos productivos ligados a la creación de la cultura material, los estudios bioantropológicos y el estudio de los graneros colectivos de la Isla, como ejemplos de las líneas de investigación desarrolladas en la ULPGC.

El acto de investidura fue también momento para la entrega de dos Medallas de la Universidad a dos destacados Catedráticos de la casa. De un lado, Antonio Núñez Ordóñez, Catedrático en Telecomunicación con una dilatada trayectoria en docencia e investigación e impulsor del Instituto Universitario de Microelectrónica Aplicada, y de otro, Antonio Falcón Martel, Catedrático en Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial, medalla que fue otorgada a título póstumo y para cuya entrega acompañaron a su esposa en el escenario todos los Vicerrectores de Investigación que ha tenido la ULPGC, ya que Falcón Martel ocupó ese cargo entre 2012 y 2016.

Cerró el acto el discurso del Rector Lluís Serra, quien recordó a los nuevos doctores que “al recibir este título de doctor, no solo se reconoce su especialización en un campo del saber. Se les confiere una responsabilidad: la de utilizar su conocimiento para contribuir al bien común, para tender puentes entre la academia y la sociedad, y para ser faros de ética y verdad en tiempos donde estas virtudes son más necesarias que nunca”. También en sus palabras invocó la figura del físico canario Blas Cabrera Felipe, del que dijo que “su visión de la ciencia iba más allá del conocimiento teórico; para él, investigar era una necesidad ineludible para el avance de la sociedad y el desarrollo de la universidad (…) la investigación no debía verse como un lujo intelectual, sino como una labor fundamental para el crecimiento de un país”.