Ángeles Alemán

A Sventenius lo definiría como un hombre del renacimiento, humanista, ilustrado, pedagogo y melómano’

Redacción: María Domenech. Fotografías:Nel Morales y Mónica Trejo

Escritora, historiadora y profesora titular de Historia del Arte en la ULPGC, Ángeles Alemán nos acerca con su visión femenina a la investigación, la historia, la cultura y el arte de Canarias. Sin perder de vista la perspectiva de género, ha desarrollado una importante labor cultural convirtiendo sus inquietudes en una oportunidad para poner en valor a importantes figuras del arte y la historia de nuestras islas, centrando su actividad en los artistas del siglo XX en Canarias como Martin Chirino, Lola Massieu, Manolo Millares, Pino Ojeda, Félix J. Bordes, Miriam Durango y Maud Bonneaud – Westerdahl.

Su labor literaria le ha valido el Primer Premio de Relato Corto El Pensador, con “Un regalo envenenado” en 2020, en 2021 publicó “El retrato del Poeta” y con su última novela “El último amor de Sventenius”, nos acerca en un relato que navega entre la realidad y la ficción a la creación del Jardín Canario y de su impulsor, Eric Svensson, también conocido como “Sventenius”.

El pasado mes de junio presentaban tú libro El último amor de Sventenius, dedicado al creador del Jardín Botánico Viera y Clavijo, ¿qué le llevó a rastrear su pista? ¿Cómo lo conoció?
– Conocía la figura de Sventenius desde hace mucho tiempo, pero lo que me impulsó a escribir este libro fue conocer la historia de amor entre él y Lotti Kercher, que había sido la gerente del Hotel Lentiscal.

– Es un libro que entrelaza realidad y ficción para adentrarnos en la vida de Eric Ragnar Svensson, más conocido como Sventenius, pero ante todo, es un homenaje y a uno de los jardines más importantes de nuestro país, el Jardín Botánico Viera y Clavijo, también conocido como el Jardín Canario.

– En efecto, hay un gran homenaje al Jardín Botánico Viera y Clavijo, un tesoro en el centro de nuestra isla.

– Este Jardín es el mayor de España y el único en el mundo especializado en la flora de las Islas Canarias, pero ¿sigue siendo un gran desconocido?
– No creo que el Jardín Canario sea un gran desconocido, pero lo que es cierto y bastante sorprendente es que el número de visitantes extranjeros sobrepasa con mucho el de visitantes locales, contando incluso con las visitas escolares.

– Sventenius fue un importantísimo embajador de la flora y fauna autóctona de Canarias, nos puso en el mapa mundial de la botánica. ¿Sabemos qué le trajo hasta Canarias?
– Sventenius conocía desde los años 30 parte de la flora canaria, con la que se puso en contacto desde su trabajo en el Jardín Botánico de Marimurtra, en Blanes (Cataluña). Desde entonces su gran sueño fue viajar a Canarias y trabajar en la flora del archipiélago. Llegó a Tenerife en 1943 para trabajar en el Jardín de Aclimatación de La Orotava y desde ahí empezó a recolectar y sistematizar la flora canaria, tanto de Tenerife como de las otras islas.

– ¿Qué le llevó a la creación de un espacio de estas características?
– Erik Sventenius era un ilustrado y conocía los trabajos de sus predecesores, entre ellos Viera y Clavijo, que ya había planteado la necesidad de crear un espacio donde reunir la flora de las islas. Por su parte, era natural que tras encontrar nuevas especies y rescatar otras decidiera trabajar para crear un jardín específico de flora canaria.

– ¿Es verdad que Svensson enfrentó muchos contratiempos para la creación del Jardín Botánico?
– Es verdad, lamentablemente tuvo que luchar sin tregua para ver su proyecto hecho realidad. Hay que tener en cuenta que empezó a plantearlo desde finales de los años 40 en Tenerife y sólo después de encontrar el apoyo de Matías Vega en Gran Canaria pudo empezar aquí el Jardín Canario. Pero su trabajo duró dos décadas, lo que da la medida de las enormes dificultades que tuvo que afrontar.

– ¿Cuánto tiempo ha estado tras la pista y documentándose sobre el botánico sueco? ¿Llegó a viajar hasta su Suecia natal?
– Estuve documentándome durante dos años. Viajé a Suecia y a su aldea natal, Skiro, con una subvención del Ministerio de Cultura. Por mi cuenta seguí su pista en los diferentes lugares en los que vivió, entre ellos Marimurtra, Teià y el Monasterio de Montserrat. Además, la ayuda de las personas que lo conocieron y el trabajo en el Jardín Canario y en el Archivo Provincial de Las Palmas fueron esenciales para darle forma al libro.

– ¿Qué es lo que más le ha sorprendido del personaje? ¿Cómo lo describiría?
– Me ha sorprendido de él su dimensión humanística. Lo definiría como un hombre del Renacimiento, ilustrado, melómano, hablaba seis idiomas, pero sobre todo, su faceta como pedagogo y su acendrado sentido de la humanidad. Era un pacifista convencido.

– Él tomó el relevo del trabajo que dos siglos atrás había iniciado Viera y Clavijo, recopiló la mejor de la naturaleza en un solo espacio. ¿Necesitó mucho tiempo, años, para su puesta a punto?
– Necesitó toda una vida. Pensemos que cuando él llega a Canarias y se encuentra en el Jardín de Aclimatación se da cuenta de esa enorme carencia. Sus informes de los años 40, de cada uno de los viajes y expediciones que realiza, muestran un trabajo constante y con la clara consciencia de que hay que seguir investigando. De hecho, siguió hasta el final de su vida.

– ¿Es verdad que primero intentó ponerlo en Tenerife pero el proyecto no fraguó?
– Es cierto, lo intentó por todos los medios, pero no fue apoyado por los responsables políticos de entonces.

– ¿La ubicación de este espacio responde a algún tipo de criterio climatológico? Para quienes no lo hayan visitado, ¿dónde se encuentra?
– El espacio donde se encuentra el Jardín Canario es excepcional, pues está situado en el centro de la isla, con una temperatura media muy suave y con una humedad que ayuda a las plantas. Está situado entre la carretera del centro, también conocida como carretera de Tafira, por su parte superior, y la carretera del Dragonal en su parte inferior, por la que también se puede acceder. Está a unos 8 km de Las Palmas de Gran Canaria en dirección centro.

– El libro también nos asoma a la Gran Canaria de los años 50 y 60…
– En efecto, era necesario describir el paisaje humano de la época y las historias que se vislumbran a través de los personajes.

– La novela también esconde una historia romántica, una historia a la que casi llegó por casualidad.
– En efecto, la historia de amor entre Erik Sventenius y Lotti Kercher.

– ¿Cuándo y dónde falleció Sventenius?
– Murió en un accidente de automóvil, en junio de 1973.

– Falleció ostentando el cargo de director del Jardín Canario y como un enamorado de nuestras islas.
– Cuando murió era el director del Jardín Canario pero, sobre todo, un personaje admirado por mucha gente. Leer los artículos publicados después de su muerte y las cartas de condolencia de sus amigos y allegados es desolador. Su muerte fue un golpe terrible.

– El libro incluye dibujos de especies autóctonas realizados por él, al parecer era un magnífico dibujante.
– Sventenius era un magnífico dibujante y acuarelista. Las cinco imágenes escogidas son sólo una parte de su producción como dibujante. Pero además diseñó el edificio de exposiciones del Jardín Canario, las verjas y las puertas, los uniformes de los jardineros, la Fuente de los Sabios, etc. Era una persona de capacidades sorprendentes.

– ¿Esta novela abre la puerta a nuevas investigaciones? ¿Nuevo libro a la vista?
– La novela puede abrir la puerta a nuevas investigaciones, y confío en que así sea, aunque entiendo que ahora debe haber otras personas que se acerquen a él desde las diferentes facetas de su personalidad. Por mi parte estoy empezando un nuevo libro, basado en uno de los personajes que descubrí mientras investigaba a Sventenius. Pero eso es ya otra historia.