Por Raquel Rumoroso
El proyecto Masdunas II del Cabildo recupera el 85% del frente dunar más expuesto al cambio climático y la presión humana
La iniciativa forma parte de las acciones de conservación y mejora ecológica en la Reserva Natural Especial
El viento borra las huellas de la arena. Pero la arena tiene memoria. Las Dunas de Maspalomas parecen un sueño. Sin embargo, son reales. Y precisamente por ello necesitan cuidados para que no suceda que un día se conviertan en el espejismo de lo que no supimos conservar. Es precisamente la filosofía y el objetivo del proyecto Masdunas II del Cabildo de Gran Canaria.
La Reserva Natural Especial Dunas de Maspalomas es uno de los ecosistemas más emblemáticos y frágiles de Canarias. Abarca 403,9 hectáreas que combinan dunas móviles, la Charca de Maspalomas y el barranco de Fataga. Forma parte de la Red Natura 2000 como Zona de Especial Conservación (ZEC) y acoge especies clave como el chorlitejo patinegro, la pimelia de las arenas o el lagarto gigante de Gran Canaria.
El proyecto Masdunas II, impulsado por el Cabildo de Gran Canaria a través de la Consejería de Medio Ambiente, Clima, Energía y Conocimiento, ha logrado proteger más de 14.000 metros cúbicos de arena y recuperar el 85% de la superficie degradada del frente dunar más expuesto al cambio climático y la presión humana.

La vida alza el vuelo en la Reserva
Se han censado 2.221 aves, pertenecientes a 33 especies distintas. El número de ejemplares y de especies se mantuvo relativamente constante, lo que refleja una buena estabilidad ecológica. En la imagen, una rapaz en junio de 2025.
Una protagonista esencial del éxito ha sido la plantación de balancones (Traganum moquinii), los cuales son fundamentales para la retención de arena. La población total de balancones ronda los 1.200 ejemplares, lo que supone un incremento del 75 % respecto a la población natural de 1961.
El presidente del Cabildo, Antonio Morales, refrendó a pie de arena el compromiso de la Institución Insular con la protección y divulgación de la Reserva Natural Especial y garantizó además la continuidad del proyecto Masdunas, que calificó como una iniciativa “consolidada que está teniendo una repercusión positiva extraordinaria en el entorno”.
Por su parte, el consejero insular de Medio Ambiente, Raúl García Brink, señaló que “el proyecto Masdunas II representa un ejemplo claro de cómo la ciencia, la gestión ambiental y la colaboración institucional pueden converger para restaurar y proteger uno de los ecosistemas más emblemáticos y frágiles de Gran Canaria.”
Durante el desarrollo de Masdunas II se han realizado actuaciones específicas de recuperación del sistema sedimentario mediante el uso de tecnología avanzada, como los Modelos Digitales del Terreno (MDT) y los vuelos fotogramétricos, que han permitido analizar con precisión la evolución del campo de dunas y orientar las intervenciones de manera eficaz.
La colaboración con el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha sido clave en esta fase de Masdunas, especialmente en las tareas de reubicación de arena desde zonas de acumulación en el Paseo Costa Canaria hacia puntos estratégicos del sistema dunar en Playa del Inglés. Esta actuación ha permitido trasladar casi 3.000 metros cúbicos de arena, favoreciendo su retención natural gracias a la instalación de nuevos captadores de sedimentos y a la plantación de balancones.
Los estudios realizados en 34,18 hectáreas de superficie entre 2018 y 2024 revelan un desplazamiento natural de 18.116 metros cúbicos de arena hacia el interior del campo de dunas. Las medidas adoptadas han evitado que al menos 14.000 metros cúbicos se perdieran, reforzando especialmente la duna costera más vulnerable de Playa del Inglés.
Además, el proyecto ha eliminado 308 goros (refugios artificiales construidos con piedras), retirado más de 2.100 m³ de vegetación no autóctona, y gestionado 1.150 metros cúbicos de flora exótica invasora, lo que ha permitido recuperar espacio para especies nativas y mejorar la biodiversidad local.
Asimismo, se ha reforzado la vegetación estabilizadora con la plantación de 1.064 ejemplares de balancones, especie clave en la fijación de arena. Para proteger el entorno, se han instalado o reubicado 5.919 bolardos y estacas, delimitando zonas sensibles y evitando el tránsito no autorizado por áreas vulnerables del ecosistema.
Este plan también ha fortalecido la educación ambiental, con señalización en varios idiomas y seguimiento científico constante de los efectos de las actuaciones. Se han incorporado 8 agentes de medio Ambiente para su vigilancia y protección.
La iniciativa demuestra que es posible compatibilizar conservación, ciencia y turismo con proyecto pionero que refuerza la resiliencia ecológica, protege la identidad natural y convierte a Gran Canaria en referencia en soluciones basadas en la naturaleza frente al cambio climático.

La restauración ecológica del humedal
La Charca de Maspalomas concentra diversas acciones de mejora del espacio, entre ellas en Horizon Natalie, en cuyo marco se está definiendo el diseño de un Sistema Urbano de Drenaje Sostenible de manera participada. Una de ellas es el estudio de flora y hábitats en el entorno del barranco de Fataga, coordinado por Gesplan, que ha identificado la degradación de hábitats prioritarios y la presencia de más de 30 especies exóticas invasoras. Este trabajo ha derivado en propuestas de restauración vegetal y protocolos de conservación para reforzar los ecosistemas asociados al humedal. Además, se encuentra en ejecución el convenio específico entre Gesplan y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), a través del Instituto Ecoqua, para la caracterización biológica y ambiental de la Charca. Esta iniciativa científica evalúa el impacto de especies invasoras como la tilapia y el cangrejo azul, y busca establecer medidas de control y gestión sostenibles a través de muestreos mensuales y análisis genéticos avanzados. Otra de las actuaciones ha sido el proyecto de seguimiento de aves costeras, desarrollado por SEO BirdLife en colaboración con el Cabildo.