La Mercedes-Benz Fashion Week Madrid celebró su 81a edición con una programación estelar que rindió homenaje a los 40 años de historia de la pasarela más importante de España. Entre los desfiles más aclamados destacó, sin duda, el de Claro Couture, que cerró la jornada inaugural con su nueva colección: “DOBLEC”. Un tributo a la elegancia, la feminidad y la fuerza de una firma que ha sabido mantenerse vigente sin renunciar a sus raíces.
Padre e hija, Fernando y Beatriz Claro, volvieron a demostrar por qué su casa es sinónimo de alta costura en el panorama español. “DOBLEC” no solo representa las iniciales de la firma, sino también una doble visión creativa que equilibra la herencia artesanal con la mirada contemporánea. La propuesta es una fusión perfecta entre la sofisticación de los años 50 y la audacia de los años 80, con claras referencias al imaginario andaluz que siempre ha impregnado sus diseños.
Las siluetas se definieron a través de corsés estructurados, transparencias en tul, cuerpos ceñidos y volúmenes teatrales. Los tejidos —crepé, satén, encaje, gasas y plumas— elevaron cada pieza a un nivel de lujo visual, mientras los detalles brillantes, como los flecos de cristal o los lunares reinterpretados, aportaron dinamismo y modernidad.
La paleta cromática fue tan vibrante como sofisticada: blancos y negros de impacto, verdes esmeralda, violetas intensos y destellos de naranja encendido convivieron con elegancia. Los accesorios, pensados al milímetro, sumaron fuerza estética: joyería dorada de aire barroco, pañuelos de seda y calzado colorido completaron cada estilismo con maestría.
En una edición marcada por el equilibrio entre tradición y futuro, Claro Couture reafirma su lugar como referente de la alta costura española. “DOBLEC” no es solo una colección, es una declaración de principios: la belleza atemporal puede ser, también, rabiosamente actual.